OPINIÓN

Nueva normalidad, viejas costumbres

Es deseable que la actitud de los conservadores deje de crear tanta incertidumbre y sea algo más que una estrategia temporal circunscrita al periodo electoral, algo más que una desescalada en la tensión dialéctica pendiente de constantes y predecibles rebrotes

Han transcurrido 42 días desde que la presidenta del Congreso, la socialista Maritxell Batet, diese inicio a la andadura de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica en el Congreso de los Diputados. Sus señorías tienen el mandato de concluir, en un periodo máximo de dos meses, los trabajos con la redacción de un dictamen que debe someterse al pleno del Congreso.

Como comentaba la portavoz del Grupo Socialista en el Congreso y Vicesecretaria General del PSOE, Adriana Lastra, en rueda de prensa celebrada el pasado martes día 16 “llevamos un mes de trabajos en la Comisión de Reconstrucción. Dentro de poco acaban las comparecencias, empezaremos la fase de reflexiones y en principio la reflexión que hacemos de este mes de Comisión de Reconstrucción es muy positivo tanto en el plenario de la Comisión como en los cuatro grupos de trabajo” que ponen el foco de su atención en cuatro frentes de actuación tan definidos como son el Grupo de Trabajo de la Unión Europea, el Grupo de Trabajo sobre Políticas Sociales y Sistemas de Cuidados, el Grupo de Trabajo para la Reactivación Económica y el Grupo de Trabajo sobre Sanidad y Salud Pública.

Hay que recordar que este foro de análisis y discusión se activó en plena escalada de tensión promovida por ese sector de la derecha que no acepta el resultado electoral y el triunfo de la izquierda en nuestro país. En aquel momento existía la percepción del peligro que suponía para esta importante iniciativa que se continuara profundizando en el abismo que separa al Gobierno del principal partido de la oposición.

Pero parece ser que tras algo más de un mes de comparecencias en los grupos de trabajo y el plenario de la Comisión, el debate y la reflexión ha comenzado. La importante labor a desarrollar se impone. Adriana Lastra se mostró partidaria de que “desde el parlamento de España, desde el Congreso de los Diputados también emitamos a la ciudadanía la sensación, no solamente la sensación sino la realidad de que estamos unidos en la reconstrucción y creo que lo mejor es que podamos llegar a un acuerdo con el resto de fuerzas políticas en esas conclusiones que empezaremos a elaborar en cuanto acabemos con las comparecencias”.

También este martes, la prensa se hacía eco de los ofrecimientos del Partido Popular de promover pactos y acuerdos con el gobierno de Sánchez. Un giro que sólo se entiende desde la nueva estrategia de Casado que pretende centrar y moderar un partido excesivamente identificado con la ultraderecha. Es un posicionamiento que demandan los barones de su partido y especialmente el gallego Núñez Feijóo que tiene que enfrentarse a unas elecciones el próximo 12 de julio.

Los medios de comunicación comentaron de las intenciones del líder popular de proponer a la Comisión de reconstrucción un gran pacto sanitario que ha de tener como precedente los acuerdos logrados sobre pensiones en los Pactos de Toledo. Además de su ofrecimiento para intentar lograr un acuerdo económico frente a las consecuencias de la pandemia.

Pero no parece existir una mínima coherencia entre lo que se comunicó a la prensa y lo que se escenificó en el pleno de control al Gobierno del pasado miércoles. En sólo 24 horas el principal partido de la oposición pasó de vivir conscientemente la “nueva normalidad” a poner en práctica de nuevo sus “viejas costumbres”.

Es deseable que la actitud de los conservadores deje de crear tanta incertidumbre y sea algo más que una estrategia temporal circunscrita al periodo electoral, algo más que una desescalada en la tensión dialéctica pendiente de constantes y predecibles rebrotes. Sería muy conveniente para todos los españoles que más pronto que tarde sus maneras se enmarquen dentro de esa “nueva normalidad” que hemos empezado a asumir y a la que todos debemos enfrentarnos con esperanza y trabajo.

Como dijo Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y secretario general del PSOE en su comparecencia del día 6 de mayo en el hemiciclo “Dejemos, Señorías, de lado los recelos. Insisto. Hagamos un punto y aparte, un paréntesis de cooperación, de coordinación. Yo creo que es necesario, creo que además es demandado por el conjunto de la ciudadanía española. Hagamos lo que nos piden los ciudadanos y ciudadanas. Renunciemos a maximalismos, trabajemos discretamente con lealtad”.

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