OPINIÓN

¿Precariedad o nueva esclavitud?

Me siento muy orgulloso de tener una licenciatura y un máster, obtenidos con todas las de la ley y con nota

No, por ello, me avergüenzo de estar, a día de hoy, echando horas en hostelería para llegar a final de mes. De hecho, tras haberlo hecho en más de una ocasión, casi es como un segundo oficio. He ejercido de friegaplatos, de ayudante de cocina, de camarero y, últimamente, de pizzero. Lo que sí lamento es la precariedad y el desprecio con el que se nos trata a la juventud formada que accede a estos puestos de trabajo.

Nos contratan por el mínimo de horas a la semana, de modo que la semana que hay trabajo, si acabamos haciendo 40 o 45 horas, se nos retribuyen en concepto de horas extra pero a precio de hora normal.

Lamento la precariedad y el desprecio con el que se nos trata a la juventud

La semana que no hay trabajo y, especialmente, los turnos flojos, se nos convoca por cuadrante pero a la hora o dos de estar allí no se cortan en decirte que te vayas para casa, para evitar pagar más horas. Todo ello, sin ni siquiera hacer el intento de ofrecer algún dinero para pagar el combustible del transporte de ida y vuelta hacia al restaurante, para que, al menos, el día no te salga más caro de lo que vas a cobrar.

Luego están las vacaciones. Pagadas, sí, pero en función de las horas que figuran en el contrato, por lo que si la hora la pagan a 6 euros, pongamos, y estas contratado a 10 horas, los quince días de vacaciones –elegidos por la empresa, en función de la temporada que más interese para ello- te salgan, aproximadamente, a 120 euros. Si cogen el mes entero, el mes de vacaciones te sale por 240 euros, lo que te obliga a buscar un trabajo para ese mes de vacaciones y trabajar, en el caso de que alguien esté dispuesto a contratarte por un mes.

La situación, como ven, es para llegar más de un día llorando a casa. Te secas las lágrimas, caes rendido en el sofá y visionando la repetición de alguna tertulia vespertina ves cómo se habla de la juventud como un colectivo muerto, sin inquietudes, sin estabilidad y sin ánimo de construir un proyecto de vida. Encima de todo, los y las culpables somos nosotros y nosotras.

¿Esto es precariedad o es una nueva forma de esclavitud?

ÁNGEL SERRANO ZURITA | Periodista y experto en Liderazgo Democrático y Comunicación Política. Es Secretario de Comunicación del PSPV-PSOE en la Marina Alta y de Organización y Comunicación de JSPV en la Marina Alta

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