ELCHEOPINIÓN

Gran Teatro: Un siglo de cultura

Para encontrar los orígenes del Gran Teatro hemos de remontarnos al año 1906, cuando el edificio primario se levantó bajo el nombre de “Teatro Circo”

Sin duda, estamos atravesando uno de los momentos más críticos de nuestra historia contemporánea, una etapa dramática debido a la pandemia del coronavirus. Esta grave situación nos ha obligado a congelar nuestra actividad diaria, paralizando la economía, la educación, el ocio y la cultura, casi hasta nuestras propias vidas. El virus ha detenido nuestro presente, sin embargo, no puede paralizar nuestra memoria, la que nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos. Es evidente que la salud es el primer reto a superar, pero, ciertamente, nuestra dimensión como seres culturales es la que nos aporta humanidad, la que nos relaciona y nos convierte realmente en lo que somos.

Precisamente hoy martes, 24 de marzo, es un día importante en nuestra memoria, en nuestra trayectoria como seres culturales, y ningún virus va a hacernos olvidar quiénes somos. Por derecho y por orgullo, hoy recordamos que  nuestra joya cultural, el Gran Teatro, cumple cien años. Es difícil encontrar adjetivos adecuados para calificar con exactitud las sensaciones que esta efeméride nos produce, porque, sin duda, el Gran Teatro es el símbolo de la trayectoria cultural de esta ciudad.

Durante un siglo, la sala del Gran Teatro ha construido, con esfuerzo y trabajo,  su imagen como referente cultural de primer orden. En esta sala, generaciones y generaciones de ilicitanos nos hemos emocionado ante una interpretación musical sublime, hemos llorado inmersos en un drama teatral, reído con una desenfadada comedia y roto el silencio con una atronadora ovación tras el desenlace final de una ópera. El Gran Teatro nos ha hecho sentir la vida como  pasajeros en cada uno de sus viajes de fantasía, transportándonos al mundo de las emociones.

Por esta razón, después de cien años de recorrido, el Gran Teatro se ha convertido, con todo merecimiento, en el escenario cultural más importante de Elche. En sus butacas, palcos y telones, queda plasmada la evolución del mundo del espectáculo en esta ciudad, y, es por ello, un referente ineludible en el conjunto de teatros de la Comunidad Valenciana.

Obreros en plena construcción del Teatro Kursaal, hoy Gran Teatro en 1096 – Foto Elche.me

Para encontrar sus orígenes, hemos de remontarnos al año 1906, cuando el edificio primario se levantó bajo el nombre de “Teatro Circo”, aunque doce años después, en 1918, fue demolido para dejar paso al nuevo “Teatro Kursaal”, inaugurado en 1920. La apertura de la sala el 24 de marzo de ese año fue todo un acontecimiento sociocultural, y para la inauguración se eligió la comedia en cuatro actos “La loca de la casa”, de Benito Pérez Galdós, llevada a la escena por la compañía de Margarita Xirgu y Enrique  Borrás.

Por aquel entonces, la sala se dedicaba principalmente a las artes escénicas, pero en la década de los años 30 empezó a destacar también como pantalla cinematográfica. En el Gran Teatro, los ilicitanos pudieron ver en 1930 el estreno de la primera película sonora que se proyectó en Elche: “El cantor de jazz”, y también pudieron contemplar la última película de cine mudo rodada en Elche, concretamente en el Huerto del Cura: “El héroe de Cascorro”. Su pantalla estrenó el Cinemascope en 1955 con la proyección de “La túnica sagrada”, y proyectó la gran película del momento, “El último cuplé”.

En 1991 el Gran Teatro pasó a titularidad municipal, gracias a la gestión del entonces alcalde de Elche  Manuel Rodríguez, mientras que su sucesor en la alcaldía, Diego Maciá, puso en marcha una profunda reforma del edificio para modernizarlo. El proyecto de rehabilitación fue obra de los arquitectos Tomás Martínez Blasco y Martínez Boix, bajo la coordinación municipal de Julio Sagasta, y el coste total ascendió a 400 millones de las antiguas pesetas. Fue una reforma integral del teatro que amplió su escenario ganando dimensión en boca y profundidad, para lo cual fue necesario retraer el patio de butacas. No obstante, no se perdió capacidad de aforo ya que se añadió un nuevo piso en altura, el Paraíso, con asientos de graderío, y ello contribuyó a mejorar la acústica. Al mismo tiempo, se habilitó el acceso al teatro por la calle Kursaal, se abrió el hall de entrada y se reformaron los laterales del teatro para crear vestuarios, dos salas de ensayo y las actuales oficinas de la concejalía de cultura. También se compró un telón nuevo, a imagen y semejanza del antiguo, y se conservó todo el artesonado tal y como fue concebido en su origen.

El 8 de octubre de 1996, en la inauguración de un Gran Teatro remodelado asistió la Reina Sofía – Foto Elche.me

La inauguración del nuevo teatro  en su aspecto actual tuvo lugar el 8 de octubre de 1996, con la presencia de Su Majestad la Reina Sofía, y fue la Orquesta de RTVE la encargada de abrir la programación de un Gran Teatro que, desde entonces, no ha dejado de estar en la primera línea del panorama cultural.

Hoy en día, con un aforo de 779 butacas y una embocadura de escenario de 9,65 metros de ancho y 5,50 metros de alto, este teatro de estilo italiano es la joya cultural de la ciudad de Elche. Por aquí han pasado músicos y cantantes de muy reconocida trayectoria, como Monserrat  Caballé, Joan Manuel Serrat, Sabina, Raphael, Miguel Poveda, Luis Eduardo Aute, Sergio Dalma, Rick Wakeman…; orquestas y compañías como el Ballet Ruso o la Orquesta Nacional de España; artistas como Concha Velasco, Nuria Espert, Lola Herrera, Héctor Alterio … En definitiva, la sala del Gran Teatro es hoy en día un referente cultural de primer orden, y ello es debido, en buena parte, a los excelentes profesionales técnicos y programadores que ha tenido y tiene. Mi agradecimiento personal a los programadores que han contribuido a engrandecer el nombre del Gran Teatro a lo largo de estos años, como Vicente Pérez, Diego Orenes, Antonio González, Pepe Miravete, y en la actualidad Julián Sáez; igualmente a los profesionales de luces y sonido, técnicos de sala, taquilla y al personal administrativo del Gran Teatro.

Y no quisiera olvidarme de lo más importante para el éxito de cualquier teatro: el público. Los espectadores son los destinatarios de la programación, pero también el espíritu que le da sentido. Son los agentes del mayor regalo que cualquier artista desea: el aplauso. El aire que circula por el espacio del Gran Teatro está inundado de recuerdo sonoro, el de millones de aplausos que durante un siglo han ovacionado a los artistas. Decía el gran  Charles Chaplin que “la vida es una obra de teatro que no permite ensayos…, por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida antes de que el telón baje y la obra termine sin aplausos”.

En la vida del Gran Teatro de Elche nunca faltarán los aplausos. Aprovecho estas líneas para permitirme sugerir a nuestros vecinos para cuando las circunstancias actuales nos lo permitan: vayan al teatro, vibren con la música, admiren la danza, buceen en los contenidos de una ópera… La pandemia pasará, y nuestra realidad cotidiana nos permitirá, de nuevo, sumergirnos en la fantasía de las emociones, la que hace que nos sintamos más humanos, más felices. Recuperaremos nuestra plenitud cultural y el Gran Teatro volverá a ser el gran escenario de referencia. En su película  All that jazz, el gran Bob Fosse nos dijo: “Empieza el espectáculo”. Contamos los días para que así sea.

Artículo de opinión de Carlos González, alcalde de Elche

Etiquetas
Ver más

Artículos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Cerrar