Delgado entrega 19 declaraciones de reparación a represaliados de la dictadura enterrados en la ‘fosa de Paterna’
La ministra de Justicia ha intervenido, también en Valencia, en la clausura de la 1ª Acción formativa en materia de violencia sexual y salud sexual, organizada por la Delegación del Gobierno
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, ha entregado hoy 19 declaraciones de reparación y reconocimiento personal a los familiares de otros tantos represaliados durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, cuyos restos han sido localizados en la denominada fosa de Paterna, en el cementerio de dicha localidad valenciana.
En este cementerio valenciano se han ubicado cerca de 70 fosas que acogen los restos de 2.238 personas. Todas ellas fueron fusiladas en el cercano “paredón de España”, un muro situado a 400 metros del cementerio. En este paredón fueron ejecutados miles de prisioneros desde el día 3 de abril hasta noviembre de 1956. Todos habían padecido persecución y violencia por razones políticas o ideológicas, siendo condenados a muerte en un juicio sumarísimo, sin garantías procesales o posibilidades de defenderse, llevado a cabo por un Consejo de Guerra Permanente.
Delgado ha recordado que la represión que siguió al término de la Guerra Civil no supuso únicamente fusilamientos, sino también arrestos, reclusión en campos de concentración, robo de bebés, apropiaciones de posesiones, trabajo esclavo y exilio. La ministra ha recalcado la necesidad de reparar la memoria y la dignidad de las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura, eliminando los vestigios de esta última, porque una sociedad democrática no puede construirse con muertos en fosas y cunetas o con mausoleos que glorifiquen al dictador.
Durante su viaje, la ministra de Justicia también ha clausurado la 1ª Acción formativa en materia de violencia sexual y salud sexual, organizada por la Delegación del Gobierno en Valencia. En este acto, Dolores Delgado ha advertido del alarmante incremento de la violencia sexual contra las mujeres entre los jóvenes, como consecuencia de la “cultura de la violación”.
Para ella, esta cultura normaliza la violencia sexual, poniendo el foco culpabilizador en la víctima en lugar de los agresores o de la sociedad que los ampara. Es una cultura que se nutre de la pornografía como referencia educativa informal entre los adolescentes que acceden fácilmente a ella, a través de internet, erotizando la violencia sexual y el dolor de la mujer, haciendo asumir al espectador que las mujeres desean ser sometidas.
Igualmente, Delgado ha informado de los trabajos de su departamento para la reforma de los delitos sexuales en el Código Penal, como es el caso de la supresión de la calificación de “abuso sexual”, para considerar como figura básica del delito la “agresión sexual”, por ser un concepto que transmite de forma más adecuada el carácter coactivo y agresivo de estos comportamientos que se imponen a una persona contra su voluntad.
Dentro de estas reformas se contempla también la desaparición de la pena de multa a quienes cometan delitos contra la libertad sexual, permaneciendo solamente el castigo con penas de prisión o la introducción del agravante de género para castigar con mayor dureza los delitos sexuales cometidos contra quien haya sido esposa o pareja, aunque no exista la convivencia.