Nadie debería morir al grito de “maricón”. Nadie debería sentir miedo al pasear con su pareja de la mano. Nadie debería sentirse juzgado, cuestionado o avergonzado por quien es o lo que siente. Sin embargo, en pleno siglo XXI siguen ocurriendo este tipo de situaciones. Es por ello que debemos seguir reivindicando los derechos de las personas LGTBI+, motivo por el cual se celebra el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, para gritar alto y claro que no podemos permitir ni un paso atrás en los derechos conseguidos después de tantos años de lucha. Además, debemos seguir condenando los delitos de odio hacia este colectivo.
La homosexualidad era considerada una enfermedad mental, incluyéndose en la lista de estas enfermedades elaborada por la Asamblea General de la OMS. Fue en 1990 cuando se retiró de esta lista y, en 2004, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), proclamó el 17 de mayo como el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, celebrando así la eliminación de la homosexualidad de dicha clasificación. A pesar de este y muchos otros progresos, aún siguen siendo muchos los países en los que la homosexualidad es considerada delito, llegando incluso en algunos a ser castigados o castigadas con la pena de muerte.
El término bifobia se emplea para expresar el miedo, odio, incomodidad o desconfianza que se dirige, específicamente, hacia las personas bisexuales. Si bien es cierto que la homosexualidad está cada vez más visibilizada, la bisexualidad sigue ocupando un lugar no tan reconocido. ¿Cuántas personas bisexuales a tu alrededor reconocen serlo públicamente? Y es que, como bien citaba George Steiner, “lo que no se nombra, no existe”. Generalmente, las personas bisexuales se sienten continuamente cuestionadas puesto que la sociedad tiene pensamientos al respecto del tipo: “es una etapa y ya descubrirá qué le gusta”, “tiene que gustarte más una cosa que otra, ¿no?”, “estará confundida/o”, etc.
Pasando de la orientación sexual a la identidad de género, nos encontramos con las personas que no se sienten identificadas con el sexo que les fue asignado al nacer. Aunque el camino hacia conseguir sus plenos derechos va tomando forma, queda aún mucho por recorrer y lograr. La transfobia es, al igual que la bifobia, el miedo, odio, incomodidad o desconfianza hacia las personas que son transgénero. Muchas de estas personas son víctimas de agresiones, insultos, acoso, etc. por el simple hecho de sentirse de una manera distinta a lo que la sociedad considera que debería ser.
¿Y qué podemos hacer para contribuir a que estos caminos busquen que todas las personas puedan sentirse libres y sin miedo? Desde mi punto de vista, y sin poder separarme de mi profesión, considero que la educación y la visibilidad son la base del respeto hacia la diversidad. Vivir, socializarnos y enriquecernos de todas las personas que nos rodean desde que nacemos, conociendo la diversidad y pluralidad que nos ofrece la sociedad. Aprender a respetar a cada persona que se cruza en nuestro camino y descubrir que todas ellas tienen algo que ofrecer y aportar en nuestras vidas.
Desde el PSOE Elx seguiremos apostando siempre por los derechos de las personas LGBTI+, para que las leyes garanticen la libertad y protección de todas aquellas personas que continúan sufriendo homofobia, bifobia o transfobia.
Silvia Ortiz Sánchez
Secretaria de Diversidad LGTBI PSOE-PSPV Elx