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14 de Mayo: Día Internacional del Comercio Justo

El comercio justo es un modelo alternativo al sistema predominante impuesto por la globalización

Como cada segundo sábado del mes de mayo, hoy se celebra la efeméride del “Día mundial del  comercio justo” y tal vez hay quien se pregunte ¿qué es el comercio justo? Comencemos por intentar dar una definición.

El comercio justo se puede definir como un modelo alternativo al sistema predominante impuesto por la globalización y, sobretodo, sostenible y solidario. En este modelo se pretende la comercialización de servicios y productos a un “precio justo” y promoviendo en todo momento el acceso y permanencia en el mercado de los pequeños productores, empresarios y/o trabajadores, siempre bajo la premisa de procurar un sistema productivo y comercial que sea equitativo, razonable y justo. El concepto es amplio porque cada país y, dentro del mismo, cada territorio integrante del mismo y sus ciudadanos, tiene distintas características e idiosincrasia, sólo así puede comprenderse la idea de comercio justo a nivel mundial.

El objetivo principal del comercio justo se puede concretar en tratar de beneficiar o favorecer a los “pequeños” frente a los “grandes”, al comerciante o productor de barrio frente a las multinacionales, y ello poniendo en valor las ventajas del comercio local que se ve obligado a competir en precio con los “grandes” en condiciones que le son desfavorables. La forma de  beneficiar o favorecer a los “pequeños” frente a los “grandes” es principalmente con la información al consumidor de cuáles son las repercusiones que tiene no apoyar a dicho comercio local aun suponiendo, en ocasiones, un mayor coste en la economía familiar como veremos a continuación con un ejemplo, y ayudándoles a identificar los productos y servicios que son comercio justo.

Para poner un ejemplo, tal vez un tanto exagerado pero sin duda clarificador, si realizamos la compra de verdura en un gran supermercado en lugar de en la verdulería de nuestro barrio, si bien la compra puede tener un menor coste o podremos obtener determinadas frutas o verduras que no son “de temporada” o incluso que no se produzcan en nuestro país, sin duda esta decisión afectará negativamente y de manera directa a la gente que te rodea. Con la decisión de comprar en el comercio local, estarás apoyando no sólo al dueño de verdulería, sino también a los trabajadores y a los agricultores locales que venden su producto en esta tienda  sin apenas intermediarios, favoreciendo con tu decisión como consumidor a la gente que te rodea y que configuran el comercio local.

Profundizando un poco más en el ejemplo, los propios agricultores y demás integrantes de la industria local (envasadoras, lonjas/mercados, pequeños distribuidores…) como consecuencia de la eliminación de costes que supone vender a consumidores locales, como por ejemplo reducción de gastos de transporte de los productos o incuso de las técnicas de marketing (encerado de fruta, etiquetado envasado de carácter estético, etcétera) resultan igualmente favorecidos obteniendo un rendimiento económico justo haciendo que este importante sector económico como es la agricultura, perdure en el tiempo y sea pilar de nuestra economía.

Pero no debemos olvidar que los beneficios del comercio justo no se limitan al apoyo al comercio local, sino que también se promueven otro fines igual de importantes como es el consumo de productos ecológicos y la propia salud de las personas, pues volviendo al ejemplo de la alimentación, se eliminan los transportes de larga distancia reduciendo emisiones y se reduce el uso de conservantes y otros productos químicos empleados para alargar la fecha de caducidad o consumo preferente de los productos. A una mayor escala, sobre todo en el ámbito internacional y muy particularmente en países en vías de desarrollo y/o con determinados sistemas de gobierno, con el comercio justo se contribuye a los propios Derechos individuales de las personas, tanto laborales y como sociales (salarios dignos, condiciones laborales adecuadas y seguras, lucha contra la explotación infantil, igualdad de género, etcétera).

¿Y cómo sabemos si estamos contribuyendo al comercio justo? En principio es sencillo, pues sólo debes buscar en el envasado del producto o en los certificados y acreditaciones del propio comercio el sello distintivo del comercio justo. Pero esto, como no, también tiene sus “peros” y no son pocas las voces que se alzan contra el sistema diseñado para la obtención de dichos sellos distintivos, siendo en ocasiones  contraproducente para quien pretende valerse de éstos. No obstante, más allá de certificaciones o sellos, creo que con el apoyo al comercio local, siempre y cuando este sea responsable y esté comprometido con los valores que ya hemos señalado, estaremos contribuyendo sin duda a un comercio más justo y responsable.

Iván Gómez Peñalver

Secretario de Economía y Urbanismo PSPV-PSOE Elx

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