El reloj de la Torre de la Vetlla –popularmente conocido como el de “Calendura”– vuelve a marcar el ritmo de la ciudad. Esta mañana, un grupo de especialistas en trabajos verticales han recuperado uno de los pesos de la maquinaria, que accidentalmente había caído por el hueco de la propia Torre, de unos siete metros de altura y por donde discurre la cadena del mítico reloj.
Debido a un pequeño fallo, este se había detenido, llamando la atención de los transeúntes de la Plaça de Baix, quienes dieron la voz de alarma. Cuando los relojeros se acercaron a comprobarlo, a darle cuerda y efectuarle los ajustes necesarios en la cadena, uno de los discos cayó hasta el fondo de la estructura, pues aún no estaba instalada la plataforma de madera destinada a evitar este tipo de contratiempos.
En la jornada de hoy, tras descender uno de los operarios mediante cuerdas al fondo de la Torre y recuperar el disco ferroso, unos trabajos que han durado aproximadamente una hora, se ha reestablecido con inmediatez el servicio de un reloj que forma parte de la memoria de generaciones de ilicitanos e ilicitanas gracias a Calendura y Calendureta, los dos autómatas del campanario recientemente restaurados y que datan del siglo XVIII.