Que un determinado partido político, ligeramente a la derecha de la derecha y unido a la ultraderecha, se dedica a lanzar acusaciones, críticas, denuncias, que rallan lo absurdo pero que lo plantean como algo extraordinario y digno de ser censurado hasta extremos inimaginables, habría que tomárselo a risa o cachondeo.
Cuando un partido político, que dice ser alternativa de Gobierno (perdón por la risa), hace de esto un elemento de enfrentamiento político, no tiene mucha gracia.
Cuando un partido político, en plena pandemia, envía a los medios de comunicación un texto para únicamente desgastar una supuesta estrategia de comunicación política de otro partido… en plena pandemia… me parece una falta de ideas, de visión y una total y absoluta irresponsabilidad.
El Partido de las “cajas B”, de la “Gürtel”, del “tamayazo madrileño y murciano”, de los tránsfugas, del que abraza a la “ultraderecha” sin temblarle la mano, de las mentiras del 11M, de “Bárcenas”, del “sé fuerte”, de la “Kitchen”, del “Brugal”, de “Fabra”, del “Lezo”, del “Máster”, del “Naseiro”, del “Nóos”, de la “Púnica”, de los “trajes”, de la “financiación ilegal” y de la “otra financiación ilegal” a nivel local… tenga la poca vergüenza, o como diría una concejala de derechas “vergüenza ninguna”, de criticar un par de cuentas de twitter como un entramado socialcomunista, bolchevique, que quiere adoctrinar a sus votantes, me parece de una combinación entre risa y tristeza.
Bien harían en mirarse a sí mismos, hacer examen de conciencia (y más en estas fechas de Semana Santa), y decirse: “no volveré a hacer el ridículo nunca y mucho menos en plena pandemia”. Ya que si continúan con esta línea muchos le podrán decir aquel hermoso refrán que dice: “Habló de putas la Tacones”.