ELCHE

Las pruebas de resbaladicidad de los adoquines que se van a colocar en la Plaça de Baix determinan que el pavimento cumple con la normativa de seguridad

El alcalde y la primer teniente de alcalde han comprobado con los técnicos que la superficie elegida para cubrir la céntrica plaza es segura para evitar posibles caídas

El alcalde de Elche, Carlos González, acompañado por la primer teniente de alcalde, María José Martínez, y el concejal de Seguridad, Ramón Abad, ha mantenido hoy una reunión con el arquitecto municipal y redactor del proyecto, Julio Sagasta, y con los responsables de la empresa que está ejecutando las obras de peatonalización de la Plaça de Baix para comprobar el resultado de las pruebas que se están llevando a cabo con el adoquín que se va a colocar en la plaza.

Las pruebas que se están haciendo sobre el mosaico que va a cubrir la Plaça de Baix tiene por objeto garantizar la seguridad del pavimento para evitar posibles caídas.

“Principalmente se están llevando a cabo pruebas de resbaladicidad”, ha explicado la alcaldesa en funciones quien ha añadido que, “el material de inicio ya viene con una ficha técnica que garantiza que cumple la normativa, aún así, hemos procedido a hacer unas pruebas in situ con las juntas colocadas para comprobar cuál va a ser el resultado final. Las pruebas han determinado que el nuevo suelo da una seguridad de un 20 o 30 por ciento más de lo que se exige por normativa para que no resbale”.

Por su parte, Julio Sagasta ha añadido que “otra de las cuestiones a tener en cuenta es que no haya resaltes, hay que buscar la máxima planeidad y que la diferencia de altura entre piezas sea de menos de un milímetro entre ellas para evitar los tropiezos”.

En esta misma línea, el arquitecto y director de la obra Francisco Fuster, ha dicho que “lo que se pretende es que, independientemente de la estética de la plaza y de la intención de crear un punto singular, sea lo suficientemente segura para que pueda ser utilizada por la ciudadanía con todas las comodidades posibles”.

En cuanto a las pruebas de seguridad realizadas con los adoquines, Fuster ha indicado que, “en un primer momento, al fabricante que nos suministra el mármol le exigimos que el corte que hace tenga un certificado antideslizamiento y, además, una vez colocado llamamos a un laboratorio que hace las pruebas”.

El arquitecto ha indicado que el laboratorio hizo ayer las pruebas que determinaron que el pavimento que se va a colocar es seguro con una resbaladicidad mejor de lo exigida.

Cabe recordar que la Plaça de Baix quedará cubierta por un mosaico de más de 600.000 piezas que provienen de la cantera de Novelda y Pinoso. “El blanco forma una cuadrícula perfecta en toda la superficie y las piezas rojas rompen esta cuadrícula formando hojas de hiedra que aparecen en unas vasijas íberas encontradas en La Alcudia”, ha apuntado Francisco Fuster.

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