Nuestro Punto de Vista

José Luis Ábalos: “A los socialistas nos toca luchar contra dos virus: la Covid-19 y el odio”

La deslealtad del PP en la oposición; la utilización de la crisis sanitaria por la derecha para intentar desgastar al Gobierno; la defensa del PSOE de lo público durante la pandemia; sus sentimientos frente a los escraches a su casa; la vuelta a la “nueva “normalidad; las elecciones del doce de julio, son algunos de los temas que desarrolla

¿Sr. Ábalos, se espera que el estado de alarma aprobado en el Congreso sea el último?

Conseguimos una mayoría parlamentaria suficiente para seguir desarrollando la desescalada. Pero, para hacer esta desescalada, necesitamos un instrumento jurídico que nos permita controlar la apertura, la actividad y también, la movilidad. Eso es lo que nos procura el estado de alarma.

Entendemos que el estado de alarma es un instrumento que debería acompañarnos en todas las fases de la desescalada, pero la última palabra la van a tener los diputados y diputadas del Congreso. Veremos si están por apoyar esta situación desescalando ordenadamente, controlando los riesgos o por el contrario, no.

El Gobierno está haciendo lo que tiene que hacer, asumimos nuestra responsabilidad pero evidentemente la última palabra la tiene el legislativo.

“Hemos pensado en las situaciones en las que puede verse afectada la población y hemos hecho siempre prevalecer el bienestar de las personas”

Este gobierno ha mostrado una sensibilidad especial y sobre todo, en estos momentos con políticas públicas, con un acompañamiento a las personas más vulnerables, con las ayudas a autónomos, con los ERTES o con el futuro Ingreso Mínimo Vital. ¿Se imagina cómo hubiese sido la gestión de esta pandemia con un ejecutivo no tan comprometido con la gente y con lo público?

Sinceramente, no me lo quiero imaginar. Este Gobierno ha antepuesto a las personas, su salud y la vida. Después, la protección social y su situación de bienestar.

Pero esto surge por dos cuestiones. Una de convicción que responde a la propuesta política o si quiere decir, al modelo ideológico o a la escala de valores que llevamos cada uno. Nosotros defendemos lo público y creo que esta crisis ha permitido poner en valor lo público y ha permitido también valorar lo que significa la protección social y el amparo social que debe establecer el Estado.

Hay otras ideologías, como vemos además en los debates del Congreso de los Diputados, donde la economía es un bien superior, donde el Estado debe estar limitado, raquítico y donde son los ciudadanos los que tienen que proveerse de ese amparo, de esa protección. En definitiva, de sus derechos.

Nosotros pensamos lo contrario. Pensamos que el Estado debe proveer condiciones para la igualdad y el bienestar de los ciudadanos. Por lo tanto, creemos que el Estado debe proveer de educación, de sanidad, de protección para el desempleo. Hacer frente a las contingencias que en la vida del ciudadano pueden ocurrir, esto es muy propio de la socialdemocracia. Este Gobierno de izquierda, lógicamente, está en esta sintonía.

Además de estas razones de principios, tenemos también la experiencia de la crisis de 2008. Fue una crisis financiera que se intentó superar a costa de los más vulnerables, de los más desfavorecidos. La consecuencia, además del drama y el sufrimiento de los que menos tenían, es que supuso una desigualdad evidente. La Comisión Europea ha alertado esta misma semana de la desigualdad en España, la cual es consecuencia de las políticas que se aplicaron para superar esa crisis.

Hay un mantra en la derecha neoliberal o liberal y es que, siempre apuesta el bienestar de las personas al mero crecimiento económico. Es una falsedad que nunca se ha cumplido en ningún espacio. Es cierto que las políticas de bienestar social necesitan crecimiento económico para poder ser sostenibles, pero tener crecimiento económico sin intervención política no implica necesariamente redistribución de la riqueza, no exige la redistribución de los beneficios que produce ese esfuerzo. No está comprobado en ninguna parte. Creemos que no se actuó bien en la anterior crisis y esa experiencia nos debe servir.

En todo momento, hemos pensado en las situaciones en las que puede verse afectada la población en diversas circunstancias y hemos hecho siempre prevalecer el bienestar de las personas. Esa ha sido nuestra propuesta e incluso no solo a nivel nacional, sino también la propuesta que estamos luchando en el marco de la Unión Europea.

Pero bueno, si quiere imaginarse cómo gestionaría esta crisis un gobierno de derechas, con toda esta ansiedad que nos están planteando para acabar con el confinamiento cuando se ha demostrado que es el instrumento más eficaz para hacer frente a la propagación del virus, pues miremos al modelo norteamericano; el modelo que en un principio en Gran Bretaña quisieron imponer y finalmente, después de ver los contagios y los muertos,  tuvieron que retroceder y volver a plantear políticas de confinamiento.

“Nos hemos tenido que enfrentar a una pandemia, y al mismo tiempo, nos enfrentamos a una oposición política de la derecha tremendamente desleal”

 

Madrid, que ha sido y sigue siendo el centro de la pandemia, es el lugar donde más críticas se están produciendo al ejecutivo. Tanto por parte de su gobierno regional como en las calles se está reclamando libertad y dimisión del Gobierno actual. ¿Qué cree que hay detrás de estas protestas?

Sinceramente, creo que las protestas se hubieran producido igualmente con cualquier otro motivo. La derecha no ha reconocido a este Gobierno; ni al actual, ni al anterior. No asumió la moción de censura. Todos recordamos el cuestionamiento de legitimidad sobre la misma, la exigencia de elecciones y así ocurrió. Tuvimos que dar por liquidada la legislatura antes del tiempo que correspondía. Fuimos a elecciones, que es lo que querían. Las perdieron, que es lo que no querían, pero las perdieron. Volvieron a intentar otras nuevas elecciones que volvimos a ganar, a partir de ahí, pues lógicamente hubo todo un ejercicio de obstrucción a la investidura que finalmente, pudimos superar y que ellos nunca han reconocido como legítimo.

Tal es así que lo expresan claramente diciendo que es un Gobierno ilegítimo al que les gusta añadir calificativos que en su mentalidad lo hacen más ilegítimo, como la expresión de social comunista o bolivariano. Algo que desde luego no forma parte de nuestra tradición política, en España nunca se había utilizado esa intromisión conceptual.

Cuando ocurre esta desgracia de epidemia que, es sobrevenida (estuviera quien estuviera, ocurre en toda España, gobierne quien gobierne y en la Comunidad Autónoma gobierne quien gobierne), la derecha entendió que era una gran oportunidad para desgastar al Gobierno. No tanto su esfuerzo ha ido dirigido a intentar, como vemos además en esas movilizaciones irresponsables, frenar la propagación del virus si no en erosionar la gestión del Gobierno porque es erosionar al propio Gobierno. Por lo tanto, han visto que la crisis es una oportunidad de desgaste. Eso es muy lamentable y es lo que hace distinta la oposición española con respecto a la oposición en otros países.

No cambiaron su estrategia, simplemente encontraron una gran oportunidad en su propia estrategia. Eso es lo lamentable, han utilizado gobiernos autonómicos y en este caso, el que más se ha prestado es el Gobierno de Madrid en esta estrategia de trinchera, pero tampoco esto es nuevo. De hecho así lo planteó el señor Casado cuando consiguieron formar gobierno en la Comunidad de Madrid, dijeron claramente que iba a ser la vanguardia frente al Gobierno de la nación. Avisados estábamos, advertidos estábamos y así está ocurriendo.

Detrás de todo esto se oculta mucha irresponsabilidad en el sentido de no querer asumir la propia responsabilidad. Tratar de dejar al Gobierno toda la responsabilidad de una gestión que incluso, en ocasiones, es autonómica, está totalmente descentralizado. Pese al estado de alarma en ningún momento se ha negado la competencia para la gestión. Pero esto es lo que hay, hemos tenido que enfrentarnos a una pandemia, que no habíamos conocido algo igual en cien años, y al mismo tiempo, nos ha tocado enfrentarnos a una oposición política de la derecha, tremendamente desleal y que no se priva de hacer ni de predicar un discurso muy nostálgico con años que todo el pueblo español decidió olvidar.

En la ocasión anterior, no tuvimos el apoyo del PP y en esta ocasión, no solamente no hemos tenido el apoyo, sino que hemos tenido la obstrucción del PP para llevar adelante este decreto de estado de alarma.

Hemos hecho una gran restricción en el transporte pero, al mismo tiempo, lo hemos hecho seguro”

¿Ministro, la vuelta a la actividad tiene que ir de la mano de una mayor movilidad, cómo se va a producir esa desescalada en el transporte público?

Si algo ha quedado claro es que la reducción en la movilidad y el confinamiento es lo que ha impedido la propagación del COVID 19. Hemos hecho una gran restricción en el transporte pero, al mismo tiempo, lo hemos hecho seguro.

Lógicamente, ahora habrá una mayor actividad por lo que tenemos que ir aplicando mayores recursos de movilidad y lo estamos queriendo hacer desde la perspectiva de la seguridad. Esto nos va permitir ganar confianza en el transporte público, tenemos que apostar el transporte público y esto se consigue implantando medidas de seguridad para que la ciudadanía confíe.

Esta desescalada, que tiene que ver con el inicio de la vida, la recuperación y por lo tanto con el inicio de la actividad económica, debería acompañarse también de controles sobre la movilidad. Es lo que más nos preocupa porque la movilidad permite mover personas pero, permite también la circulación del virus. Por eso vemos tan importante el instrumento jurídico que representa el estado de alarma que, básicamente es lo que nos permite influir sobre la movilidad.

Esta es la cuestión que más nos preocupa: cómo vamos a seguir controlando la movilidad. Por una parte tenemos que llevarla en paralelo a la actividad, tenemos que hacerla segura pero, por otra parte, tenemos que asumir el coste económico que ha tenido el sector del transporte, tanto público como privado, en esta crisis. Lógicamente, para evitar la propagación del virus hubo que reducir la movilidad y esto tiene un coste que lógicamente también tendremos que incorporar en esa reconstrucción que queremos.

Su Ministerio gestiona el 80% de la inversión pública en el Estado ¿eso le convierte en uno de los actores clave en la reconstrucción y de esa activación de la economía española?

Sin duda aspiramos a ello. No tanto sólo sobre la obra pública y las infraestructuras sino en sectores de la economía que pueden dinamizar muchas otras actividades derivadas y por eso hemos hablado de la vivienda. La vivienda tanto en construcción como de rehabilitación, a la que le damos muchísimo relieve. Se lo dábamos ya antes de la crisis. Antes de la crisis estábamos trabajando en un Plan Nacional de la Rehabilitación que no solamente implica mejoras en las condiciones habitacionales de las personas sino también contribuye a generar espacios de regeneración urbana.

Tenemos en este caso la oportunidad de conciliar un derecho, como es el derecho a la vivienda, de hacerlo factible, con lo que es también un empuje a la economía del país a través de la construcción tanto de obra nueva como de rehabilitación.

En el ámbito de la obra pública tenemos que seguir desarrollando los ejes estratégicos, los corredores que son estratégicos también para nuestra economía, y por tanto yo creo que con el apoyo de Europa, que es necesario para apoyar este ambicioso proyecto, evidentemente este Ministerio está llamado a tener una misión muy especial.

Mirando al sector aéreo, que ha sufrido graves pérdidas durante esta pandemia ¿cree que las ayudas a este sector tienen que venir del ámbito europeo como reclaman nuestros compañeros socialistas de la Eurocámara?

Obviamente porque es un problema común a toda Europa, tiene que ver con la conectividad europea, tiene que ver con la competencia y por lo tanto tiene que tratar de encontrar una política para el sector aéreo de carácter integral.

Ahora mismo estamos en el tema de las condiciones de seguridad. Pues evidentemente todas estas condiciones, que se apliquen tanto en vuelos como en la infraestructura aeroportuaria deben ser homogéneas en todo el espacio europeo. Creemos que tiene que haber una política europea, lo hemos planteado además incluso poniéndonos de acuerdo con los gobiernos de Italia, Alemania, Francia y España para plantear una propuesta conjunta en el seno de la Unión y vamos a seguir trabajando por ello. Pero no solamente desde el punto de vista de las propias compañías sino también de los pasajeros, de los consumidores. Vamos a tener una sola política europea, a ser posible, sobre ésta cuestión.

Ya que estamos hablando de política ¿qué le parece el Plan de Recuperación de la UE presentado por Merkel y por Macron y si ese plan responde a las expectativas que tenía nuestro país?

Pues empiezo por lo último. Realmente, aunque se habla del plan de la canciller alemana y del presidente francés, sin embargo es el planteamiento que hizo nuestro presidente. Así que más allá de quién pueda protagonizar la conclusión de la propuesta lo importante es que responde a la iniciativa que planteó España y que defendió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ese es el modelo, eso es lo que planteamos.

Estamos optimistas con esta propuesta que veníamos planteando desde España, puede ser una vía muy importante para este principio de Plan de Reconstrucción Europeo que es muy importante para España.

¿Qué sentimientos le han provocado los escraches que está sufriendo a diario en su casa?

Básicamente, me duele. Mire, uno puede ser consciente de que esto forma parte del puesto. Es lamentable, tener que pensar que el ejercer un cargo público de representación, es tener que integrar como parte de esa función esta violencia. Creo que es un error asumirlo. En todo caso si uno la asume es, en definitiva, por la responsabilidad que uno acepta libre y voluntariamente. Por tanto, en esa función van implícitos algunos riesgos, que insisto, no hay que aceptarlos como integrables, como parte de lo normal en el ejercicio.

Pero lo paso mal por la familia, porque no tienen nada que ver en ello. Mis hijos no tienen por qué verse intimidados, no tienen por qué ver la violencia, la sinrazón de gente fanática llenos de odio, que se expresan con claridad con ese odio delante de ellos. Mis hijos oyen como a su padre le llaman asesino o sinvergüenza.

Lamentablemente, estos energúmenos que hablan de libertad privan de ella a mis hijos, les privan de la libertad de hacer ese paseo tan reducido que tenemos en Madrid para poder, en fin, disfrutar un poco del día. Mis hijos no pueden salir, porque su libertad está en función de la invocación de la libertad de esta gente.

Llevo muchos días escuchando esos insultos y esas expresiones que aún me cuesta entender, porque uno siempre piensa que la condición humana está para expresar lo mejor, pero no para expresar el lado más vil.

Estoy preocupado por el resto de compañeros y compañeras, me preocupan las agresiones a nuestras sedes que se producen en toda España. Me preocupan también en este caso, el intento de intimidación desde otra dirección a nuestra compañera, candidata y Secretaria General en Euskadi, nuestra compañera Idoia Mendía.

También me preocupan mucho los ciudadanos, que asisten desde la responsabilidad y desde el silencio, a esta imposición por parte de los más radicales. Muchos de ellos están tan acostumbrados a la impunidad que pueden permitirse este tipo de presiones. Sin considerar que la sociedad ha hecho un esfuerzo tremendo, para reducir la gravedad de la pandemia.

Hemos tenido un personal sanitario entregando su salud en beneficio de todos. Hemos tenido personas garantizando el abastecimiento manteniendo los centros de alimentación. Tanta y tanta gente que se ha sacrificado renunciando a su bienestar, a su salud, a su propia libertad también, en el sentido de disfrute en de los movimientos para que encontremos esta reacción tan insolidaria y tan irresponsable.

Nos toca luchar contra dos virus, el virus del COVID19 y el virus del odio.

Elecciones vascas y gallegas

Centrados en nuestro país, el 12 de julio se van a producir elecciones en dos comunidades autónomas ¿cómo será una campaña de unas elecciones en plena pandemia?

Pues evidentemente especiales, no tenemos ninguna experiencia. Habrá que buscar otras formas de comunicación. Este es un partido muy de contacto con las personas, es un partido muy dado a los afectos por lo tanto al roce, la aproximación. Nos cuesta mucho la acción política sin la proximidad con las personas, en nuestro normal funcionamiento, no te digo ya en una campaña electoral.