Nuestro Punto de Vista

Pedro Sánchez: “Tenemos que conseguir que los españoles envíen el 10N un mensaje aún más alto y claro para que nadie pueda volver a ignorar su voluntad de alcanzar un gobierno progresista, estable y coherente”

El 28 de abril los españoles nos dieron la victoria al Partido Socialista en las elecciones generales. Un mes después, el 26 de mayo, volvieron a respaldarnos en las elecciones europeas, municipales y autonómicas.

Fue un triunfo incuestionable en el que tú, como militante, tuviste mucho que ver. Con la movilización de cada agrupación local; con el empeño y la ilusión puestos en cada Casa del Pueblo, en cada municipio y en cada barrio, ganamos la confianza mayoritaria de la sociedad.

El mandato de las urnas entonces fue tan claro como nuestra voluntad de transformarlo en un gobierno estable para nuestro país. Sin embargo, desde el primer momento las derechas optaron por el bloqueo y se desentendieron por completo de la gobernabilidad de España. Por su parte, en el grupo confederal de Unidas Podemos prevaleció una postura que condicionaba su apoyo a la aceptación de una fórmula de gobierno de coalición que suponía dos gobiernos en uno, en el que además se atribuían el papel de controlador del Partido Socialista.

Nuestra pretensión era llegar a un acuerdo con una sola condición: que fuera un gobierno estable, coherente y no un gobierno dividido desde el inicio. Un gobierno que actuara con el horizonte de una legislatura y no de una simple investidura. Que no estuviera condenado al fracaso desde su nacimiento. Que fuera un gobierno que aportara estabilidad a España.

Conoces el desenlace puesto que al no aceptar las condiciones de Unidas Podemos decidieron impedir la formación de un gobierno socialista por cuarta vez, en un caso único en Europa.

Las derechas y la ultraderecha celebran como una victoria esta situación porque piensan que el cansancio de los progresistas puede darles una nueva oportunidad en las urnas. Pero la mayoría de los españoles progresistas sentimos frustración ante una repetición electoral cuando el resultado del 28 de abril era claro. Todos y cada uno de los socialistas compartimos esa decepción y nos produce aún mayor contrariedad que se prolongue durante unos meses la situación de provisionalidad e interinidad que arrastra nuestro país desde hace unos años.

Los socialistas tenemos dos características: la primera es que sabemos lo que piensan los españoles porque estamos convencidos de que somos el partido que más se parece a España, de norte a sur, de este a oeste.La segunda es que nos crecemos en las situaciones adversas. Somos constantes, porque nuestra perseverancia nace de la unidad y de la fuerza de nuestras convicciones.

Nuestro partido ha pasado en los últimos años por momentos difíciles, cuando algunos aspiraban a convertirnos en una fuerza en declive. Supimos levantarnos y vencer hombro con hombro el escepticismo de quienes creían que ningún partido era capaz de llevar adelante verdaderas reformas sociales y atajar los problemas de la desigualdad social y de género desde sus raíces; volvieron a confiar en nosotros los que no encontraron otro partido que se comprometiera a fondo con el medio ambiente; los que entendieron que estábamos listos para llevar hasta sus últimas consecuencias la exigencia de limpieza y de honestidad en los asuntos públicos.

Accedimos al Gobierno y en menos de un año demostramos que era posible cambiar el rumbo de nuestro país, que se podía llevar limpieza donde había corrupción, que se podía llevar justicia social donde antes imperaba la desigualdad, que se podía apostar por la convivencia donde solo había crispación.

Hicimos realidad una izquierda capaz de combinar políticas sociales justas con rigor en las cuentas públicas; firmeza en la defensa del orden constitucional con una apuesta por la convivencia en la solución de los conflictos territoriales; eficacia en la gestión con transparencia para desterrar la corrupción de la vida política de nuestro país.

Ahora tenemos delante un nuevo reto. Tenemos que dejar atrás una política inútil que solo sabe de bloqueo y de destrucción. Tenemos el desafío de avanzar junto con la mayoría de la sociedad española. Tenemos la obligación de responder a las grandes demandas de nuestra sociedad: trabajos dignos y pensiones justas, la lucha contra la desigualdad y la pobreza, el liderazgo en la revolución tecnológica, la respuesta a la emergencia climática, la plena igualdad de la mujer, situar a una España unida y diversa en el corazón y la cabecera de Europa.

Necesitamos un gobierno estable y sólido, capaz también de dar respuesta a las amenazas inminentes que pesan sobre nuestro país: un Brexit duro que incida sobre nuestras finanzas, la desaceleración económica internacional, la gestión de la sentencia del Procés y su impacto sobre la convivencia…

Para conseguirlo debemos movilizar a todos los progresistas de España, empezando por aquellos que ya nos votaron hace cinco meses. Pero siguiendo por aquellos que se inclinaron por otras opciones y que han comprobado que su voto ha resultado estéril y solo ha servido para prolongar el bloqueo y la inestabilidad de nuestro país.

Para lograrlo tenemos que conseguir que los españoles envíen el 10 de noviembre un mensaje aún más alto y más claro para que nadie pueda volver a ignorar su voluntad de alcanzar un gobierno progresista, estable y coherente.

Nuestra aspiración estará recogida en un programa profundamente social que incorpora las más de 370 medidas que acogimos en decenas de encuentros con la sociedad civil y que además cumpliremos rigurosamente si gobernamos. Nos vamos a comprometer a establecer mecanismos de verificación con la participación exigente de la propia sociedad civil.

Nuestros aliados son todos los españoles dispuestos a construir un país mejor. A ellos nos debemos y a ellos nos dirigimos. No nos conviene distraernos mirando hacia los lados. Nosotros nacimos hace 140 años para mejorar la vida de las mayorías y para construir un país más decente y más próspero. Somos el gran partido de una izquierda que se comporta con moderación porque se dirige a grandes mayorías. Somos el partido de quienes aspiran a construir y no a destruir; somos la opción de quienes quieren avanzar y no seguir atrapados en un camino sin salida. Somos la fuerza de la mayoría progresista que existe en nuestro país y que ha hecho avanzar a España en democracia.

De todas las frases de nuestro fundador, Pablo Iglesias, hay una que siempre tengo en mente porque nos recuerda para qué somos socialistas: “No para amar en silencio nuestras ideas ni para recrearnos con su grandeza y con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes”.

Eso es lo que te pido que hagamos conjuntamente durante las próximas semanas. Llevemos nuestras ideas y razones a todas partes. Acerquémonos a nuestros familiares, amigos y compañeros empezando por mostrarles esta carta. Entablemos con ellos un diálogo centrado solo en el futuro de España y en el bienestar de los españoles. Dejemos de lado los reproches a unos y otros y respondamos juntos a la siguiente pregunta: ¿Hay algún partido además del PSOE dispuesto a sacar a España del bloqueo? Que vean que solo hay un voto capaz de dar lugar a un gobierno de progreso.

No tenemos que hacer ningún cambio ideológico ni fingir nada para conseguir ese propósito. Debemos comportarnos como lo que somos: una izquierda moderada que defiende la Constitución y el Estado de las Autonomías. Una izquierda reformista que combate la injusticia sin embarcarse en aventuras.

Necesito de nuevo contar con tu apoyo en esta tarea y sé de antemano que cuento con él. Por eso te escribo esta carta. Te pido que la lleves con orgullo y convicción, junto con nuestras razones y nuestras ideas, a todas partes y a todas las gentes.

Con toda mi gratitud y todo mi afecto,

Pedro Sánchez Pérez-Castejón
Secretario General del PSOE