Nuestro Punto de Vista

Cronología: cinco meses de bloqueo y cinco propuestas del PSOE rechazadas por Unidas Podemos

El pasado 28 de abril, el PSOE logró 123 escaños en las elecciones generales, seguido del PP, que obtuvo 66, Ciudadanos, con 57, Unidas Podemos, que logró 42, y Vox, que entró en la Cámara con 24. Los socialistas fueron, por tanto, los claros vencedores –sacaron 12 puntos de voto y casi doblaron en escaños a la segunda fuerza–, y también quienes más mejoraron sus cifras con respecto a 2016. Sin embargo, el resto de partidos han bloqueado durante cinco meses todos los intentos de Pedro Sánchez de formar Gobierno. En concreto, Unidas Podemos, socio preferente de los socialistas, ha rechazado hasta cinco propuestas del PSOE. Esta es la cronología de lo sucedido:

El 28 de abril, el PSOE, liderado por Pedro Sánchez, gana las elecciones generales y logra 123 escaños. A la mañana siguiente, la secretaria de Igualdad socialista y vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, apuesta por un Ejecutivo en solitario del PSOE con apoyo de Unidas Podemos. Una semana después, Sánchez comienza su primera ronda de contactos con los líderes de los principales partidos políticos. La primera reunión con Pablo Iglesias se celebra el 7 de mayo.

El 26 de mayo, el PSOE se convierte en el partido más votado tanto en las elecciones europeas como en las autonómicas y locales. El día 27, el secretario de Organización y ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, expresa que la apuesta del PSOE es un Gobierno socialista y se abre a la incorporación de independientes de reconocido prestigio. Ante la insistencia de Podemos por incorporarse al Ejecutivo, Ábalos reitera el 30 de mayo que “la incorporación de miembros de otras formaciones, en este caso de Podemos”, está sobre la mesa.

El 6 de junio, Felipe VI propone como candidato a la investidura a Pedro Sánchez. Es entonces cuando el líder socialista puede comenzar a negociar seriamente con el aval de ser el candidato designado para someterse al debate de investidura. Apenas cinco días después, se reúne con Iglesias y le propone conformar un “Gobierno de cooperación” que sea “representativo” de las diferentes sensibilidades progresistas. A lo largo de los siguientes días, se suceden contactos discretos entre ambas formaciones.

El PSOE da un nuevo paso: el 19 de julio, Carmen Calvo ofrece “puestos de responsabilidad” a Unidas Podemos, es decir, suma a la oferta socialista la posibilidad de que el partido de Iglesias ocupe cargos intermedios en la administración. Sin embargo, Podemos rechaza nuevamente la oferta e insiste en la idea de formar un Gobierno de coalición, el planteamiento que ha defendido desde el principio.

Los socialistas aún tardarán algunas semanas en abrirse a la idea de un Ejecutivo de coalición, pero Sánchez da un nuevo paso para intentar desencallar la situación: el 4 de julio, el líder socialista ofrece a Unidas Podemos que designe personas independientes para que se incorporen al Consejo de Ministros. Cuatro días después, los socialistas ponen en marcha su equipo negociador y aprueban un documento programático con el que intentan llegar a un acuerdo con el partido morado sobre las políticas que aplicaría ese Ejecutivo.

El 9 de julio, Sánchez e Iglesias se reúnen y constatan que no hay acuerdo. En menos de 48 horas, el socialista hace una nueva propuesta: ofrece a Pablo Iglesias comenzar una negociación sobre el programa y también se abre a incorporar a dirigentes con perfil técnico de Unidas Podemos al Gobierno. Apenas 24 horas después, Iglesias hace saltar por los aires la negociación al convocar una consulta a sus bases en las que sólo les plantea dos opciones: que Podemos forme parte de un Gobierno de coalición o que acepte “un Gobierno diseñando únicamente por el PSOE”, descartando así toda opción intermedia de entendimiento.

En una entrevista en La Sexta, el 18 de julio, Sánchez explica las ofertas que se le han planteado a Podemos: un Gobierno en solitario con un programa pactado y el apoyo de Unidas Podemos, un Gobierno con la aportación de independientes en el Congreso, la posibilidad de ocupar puestos intermedios en la administración… Ante la insistencia de Pablo Iglesias en un Gobierno de coalición, Sánchez acepta comenzar una negociación para alcanzar un acuerdo sobre esa fórmula.

Durante los siguientes días, el PSOE ofrece a Unidas Podemos una vicepresidencia para coordinar todas las políticas sociales y que ocuparía Irene Montero, además de los ministerios de Sanidad, Asuntos Sociales y Consumo; Vivienda y Economía Social e Igualdad. Podemos tacha este planteamiento de “humillante” y las carteras ofrecidas, de “decorativas”. En el transcurso de la negociación, los socialistas ofrecieron otras carteras al partido morado (Ciencia y Universidades, Agricultura, Pesca y Alimentación; o Turismo y Deporte, entre otras), pero todas ellas fueron rechazadas por Iglesias.

El 22 y 25 de julio, durante el debate de investidura de Pedro Sánchez, Podemos impide nuevamente la formación de un Gobierno progresista junto a PP y Ciudadanos, como ya hiciera en 2016.

El 1 de agosto, Sánchez inicia una ronda de contactos con la sociedad civil para elaborar una propuesta programática progresista con la que convencer a Pablo Iglesias. La presenta el 3 de septiembre, bajo el nombre de Propuesta abierta para un programa común progresista. El documento contiene más de 300 medidas y ofrece nuevamente altas responsabilidades en instituciones del Estado a Unidas Podemos. Además, plantea una triple garantía de cumplimiento del programa a través de una oficina de verificación de los acuerdos dependiente del Ministerio de Hacienda, de comisiones de seguimiento en las Cortes Generales y de un mecanismo externo con presencia de organizaciones de la sociedad civil. Nada es suficiente, sin embargo, para Unidas Podemos, que rechaza nuevamente la oferta.