El Ministerio y las comunidades autónomas trabajan para actualizar la Estrategia de Salud Mental a través de una metodología participativa con comunidades autónomas, sociedades científicas y profesionales, medios de comunicación, asociaciones de prensa, y asociaciones de usuarios y pacientes
La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo, ha asegurado hoy, en la inauguración de la jornada celebrada en el Ministerio con motivo del Día Mundial de Prevención del Suicidio, que “el suicidio y las tentativas de suicidio constituyen uno de los mayores problemas de salud pública”.
“Visibilizar la realidad del suicidio y romper el tabú que todavía hay a su alrededor es una de las medidas que debemos llevar a cabo y en la que todos, en mayor o menor medida, podemos actuar”, ha defendido la Ministra.
En este sentido ha asegurado que el Ministerio tiene “el firme compromiso de abordar el suicidio”. Para ello, según ha explicado, desde 2006, se impulsa y promueve, en colaboración con las comunidades autónomas, la Estrategia de Salud Mental.
La Estrategia contemplará el desarrollo de una red de atención telefónica coordinada e integrada para mejorar el abordaje a la persona con conducta suicida
Según ha avanzado, la Estrategia se está actualizando y priorizará como una línea estratégica sensibilizar y mejorar la información a la población general a través de acciones de concienciación promovidas por instituciones públicas, medios de comunicación y entidades sociales dedicadas a la causa.
También se priorizará detectar precozmente el riesgo suicida mejorando el acceso y atención en los servicios sanitarios públicos. Entre las medidas concretas para llevar esto a cabo, se pretende desarrollar una red de atención telefónica coordinada e integrada para mejorar el abordaje a la persona con conducta suicida, porque “existe evidencia científica de que los teléfonos de ayuda tienen un impacto positivo sobre la urgencia suicida”, ha justificado Carcedo.
Además, la Estrategia también contempla promover la elaboración de procesos asistenciales integrados de atención a las personas con riesgo suicida. Para ello, se plantean acciones como por ejemplo garantizar que el informe de alta del servicio de urgencias llegue al médico de atención primaria, así como al centro de salud mental para asegurar la continuidad de los cuidados necesarios.
Metodología participativa
La Ministra ha explicado que aunque el Ministerio lleva trabajando en esta línea durante el último año, considera prioritario dar un impulso a este abordaje estratégico sobre el suicidio a través de una metodología participativa que se concretará en cuatro grupos de trabajo, en los que participarán: comunidades autónomas, sociedades científicas y profesionales. También los medios de comunicación y asociaciones de prensa, y la propia sociedad civil, representada por asociaciones de usuarios y pacientes.
La Ministra ha explicado que el documento con la actualización de la Estrategia “se encuentra ya en una fase muy avanzada”. En cuanto se cierre, se llevará al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para someterla a su aprobación “cuanto antes”.
Carcedo ha recordado que según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es la segunda causa de muerte para la población mundial de entre 15 y 29 años. Tal y como ha detallado, el número de muertes anuales debidas al suicidio se sitúa en el entorno de las 800.000 en todo el mundo. Esta cifra no incluye los intentos de suicidio, que de acuerdo con las estimaciones de la OMS, puede ser unas 20 veces superior al de muertes.
En Europa, se estima que la tasa de suicidio es aproximadamente de 13,9 por 100.000 habitantes/ año. En España, según los últimos datos publicados por el INE, la tasa de suicidios en 2017 era de 7,9 por 100.000 habitantes/ año. La Ministra también ha hecho hincapié en el grave impacto que deja el suicidio en el entorno de la persona fallecida. La OMS advertía en 2000 que un suicidio individual afecta íntimamente, al menos, a otras seis personas, sin tener en cuenta las consecuencias traumáticas de los intentos de suicidio.