En cuanto a su frecuencia, el acoso era diario en el 54% de las llamadas
El teléfono contra el acoso escolar del Ministerio de Educación y Formación Profesional (900 018 018) atendió 12.799 llamadas entre noviembre de 2017 y octubre de 2018. La cifra supone un descenso respecto al mismo período del año anterior, cuando se atendieron 25.366 llamadas. Esta disminución es debida, fundamentalmente, a que en ese intervalo de tiempo diversas comunidades autónomas pusieron a disposición de los menores sus propios teléfonos contra el acoso.
Este servicio es gratuito, confidencial, anónimo, está operativo las 24 horas y es atendido por psicólogos apoyados por trabajadores sociales y abogados. En todos los casos se informa al interlocutor sobre los pasos que debe seguir para comunicar al centro educativo la situación del acoso, con objeto de que se tomen las medidas oportunas. Los casos que requieren atención especial, bien por su gravedad o por no haber recibido el apoyo esperado del centro educativo, se derivan a los servicios de Inspección Educativa o a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, tal y como marca el protocolo de actuación.
Del total de llamadas atendidas, descartando las consultas generales o erróneas, 5.557 se refirieron a posibles casos de acoso. En el 79%, los interlocutores fueron las madres o padres de las víctimas. Solo en el 3,78% de los casos eran los propios agredidos quienes llamaban.
En cuanto a las edades, entre los 10 y los 13 años se acumula el 46% de los casos de acoso, y entre los 8 y los 9, el 17% de los posibles abusos. Por sexo, el 49% de las posibles víctimas eran mujeres frente al 48% de varones.
Respecto al posible acosador, el 30% de las llamadas se referían a menores de entre 11 y 13 años. Por sexo, aunque los posibles acosadores forman parte mayoritariamente de un grupo mixto de niños y niñas, los niños suponen un 39% de posibles acosadores (individualmente y en grupo), por encima del 25% de niñas.
En cuanto al tipo de acoso, dentro del psicológico, el más común eran los insultos, en un 39% de las llamadas. En el acoso físico, los golpes y empujones se dieron en el 64% de los posibles casos, mientras que en el ciberacoso, las amenazas, insultos o risas a través de las redes se produjeron en el 78% de las llamadas recibidas.
Dentro de la categoría de acoso social, la más frecuente era no dejar participar en actividades a la posible víctima, en un 33% de los casos, y en cuanto a acoso sexual, degradar al menor con insultos o comentarios obscenos se dio en la mitad de las llamadas (un 50%). En esta misma categoría, un 39% de las llamadas hacían referencia a acosos o intimidaciones sexuales y un 11%, a abusos sexuales.
En el 73% de los posibles casos, las víctimas llevaban meses o años sufriendo las situaciones de acoso hasta que se decidieron a contarlo. En cuanto a su frecuencia, el acoso era diario en el 54% de las llamadas.
De los posibles casos atendidos por el servicio de atención telefónica, la situación de acoso se había comunicado a padres y a profesores en el 25% y 22% de las llamadas, respectivamente. Casi la mitad de los menores (un 49%) que denunciaban la situación se sentían intimidados ante lo que les estaba sucediendo.
Entre los problemas psicológicos que registraban las posibles víctimas destaca la ansiedad en el 40% de los casos y la tristeza, en el 36%. Como problemas físicos, los más frecuentes eran los digestivos, en el 30% de las llamadas, y de sueño, en el 26%. En cuanto a dificultades con las relaciones sociales, el 52% de los menores no quería ir al colegio y en el 24% disminuyó su rendimiento escolar.