Con un sismómetro franco británico y una sonda de calor alemana, la sonda InSight es la primera que estudia el interior de Marte
“Es la primera vez que nos concentramos en estudiar el interior” explica Sot Lu Pan, geóloga planetaria de la Universidad del Lyon”. Con otras sondas como Pathfinder o Curiosity estudiamos el medioambiente de Marte para ver si hay agua, si hay hielo, para ver cómo ha cambiado el clima durante 4 millones de años. Pero esta misión es diferente, vamos a colocar un sismómetro en la superficie de Marte.
Todo salió bien para el equipo de la sonda InSight desde el aterrizaje. Sin embargo Marte cuenta con la reputación de sorprender a los científicos y en 2018 lo hizo con una tormenta de arena que cubrió todo el planeta.
Un polvo fino cubrió la superficie del Planeta Rojo y la visión se oscureció rápidamente para el todoterreno Curiosity.
Para los científicos fue una oportunidad única, tal y como afirma Carine Vandaele del Instituto de Aeronáutica Especial belga “tuvimos tiempo de tomar algunas medidas de referencia antes de la tormenta así que pudimos ver la evolución completa pasando de ser una tormenta local a una global para después terminar viendo cómo se disipaba”.
Marte depararía otra sorpresa más cuando el equipo de investigadores italianos identificó, gracias a un radar instalado en la sonda Mars Express de la Agencia Espacial Europea, un lago de agua salada de 20 kilómetros en el Polo Sur marciano.
“El agua en estado líquido siempre ha sido un pre requisito para que pueda haber vida” afirma Hakan Svedhem científico del proyecto ExoMars de la Agencia Espacial Europea. “No significa que la haya, pero es una condición necesaria para que exista.”
La búsqueda de vida en Marte se ha tomado en serio. El todo terreno ruso-europeo ExoMars, actualmente en construcción, será enviado al Planeta Rojo en 2020, que ya cuenta con seis naves espaciales y dos sondas.
Según el profesor de física experimental de la Universidad de Berna, Nicolas Thomas, “nuestra visión de Marte ha cambiado en los últimos 20 años. Es un planeta mucho más dinámico de lo que nos imaginábamos hace 20 años y se debe a que ahora contamos con observaciones de alta resolución con las que vemos los cambios que se van dando”.
Quizá los seres humanos podamos presenciar esos cambios dentro de una década ya que la empresa privada Space X ha reiterado su intención de enviar humanos al planeta antes de 2030.
Fuente | Euronews