CURIOSIDADES

“Escuchan” la mayor colisión de dos agujeros negros de la historia

Hace 9.000 millones de años dos agujeros negros chocaron en una monstruosa colisión que dio origen a un nuevo agujero negro de una masa 80 veces mayor que el sol, condensada en un radio de sólo 183 kilometros

El “ruido” de este choque de titanes llegó a la Tierra en forma de ondas gravitacionales el pasado 29 de julio y fue detectado por el   instrumento estadounidense LIGO   y   analizado por la Universidad Nacional de Australia.

Las ondas gravitacionales son vibraciones infinitesimales del espacio-tiempo que atraviesan el planeta después de eventos estelares como este, por lo que se necesitan instrumentos de medición gigantescos y muy precisos poder identificarlas. LIGO es capaz de detectar estas variaciones subatómicas gracias al láser.

“Este evento también tuvo los agujeros negros girando a la mayor velocidad de todas las fusiones observadas. Es también de lejos la fusión más distante que ha sido observada”, dijo Susan Scott, física de la universidad australiana.

Precisamente, la NASA publicó hace poco una simulación de la “danza” de dos agujeros negros super masivos.

Las otras tres colisiones fueron detectadas entre el 9 y el 27 de agosto de 2017 a una distancia de entre 3.000 y 6.000 millones de años luz de distancia, y el tamaño de los agujeros negros resultantes fue de 56 a 66 veces el tamaño del sol.

Scott recalcó que la observación de estos choques ayudará a entender mejor cuántos sistemas binarios de agujeros negros existen en el universo, así como el rango de sus masas y la velocidad con la que giran durante la fusión.

Los investigadores detectaron las colisiones tras analizar de nuevo los datos de ondas gravitacionales obtenidos por LIGO.

En los últimos años el sistema LIGO y el europeo Virgo han detectado ondas gravitacionales de diez fusiones de agujeros negros y de una colisión de una estrella de neutrones, las estrellas más densas del universo con un diámetro de unos 20 kilómetros.

Actualmente LIGO está cerrado para perfeccionar su increíble sensibilidad, pero los científicos todavía tienen mucho trabajo para aprender de los datos que ha proporcionado.

Fuente | Euronews

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