Malas noticias para los usuarios de móviles Android: cuando vayan a renovar su teléfono el año que viene, podrían encontrarse con que compañías como Samsung, Huawei, LG y similares han subido el precio de sus dispositivos por culpa de Google, que pretende cobrarse la multa impuesta por la Unión Europea cobrando a quienes fabrican móviles con Android.
Según documentos obtenidos por The Verge, la instalación de la Play Store y otros servicios de Google podría costarle a los fabricantes una cuota de hasta 40 dólares, o algo más de 34 euros según el cambio actual. Estos servicios son prácticamente obligatorios dado el uso que el gran mayoría de usuarios hace de los teléfonos Android y por la popularidad de YouTube, Google Maps o Google Chrome.
El precio de esa cuota puede variar por país o por el trato al que se llegue con Google según los servicios que vayan instalados desde un primer momento en el móvil. Estados de primera orden como Reino Unido, Suecia o Alemania son los que más caros pagarían el precio, a 34 euros por dispositivo.
Si los fabricantes deciden hacer el buscador de Google y el navegador Chrome sus opciones por defecto, esa cifra se vería reducida pues Google asumiría una parte de la licencia. Otros países podrían pagar sólo 2,50 dólares (menos de 2 euros) por dispositivo, según distintas condiciones.
Uno de estos condicionantes sería la resolución de pantalla, aunque el criterio por el que esto es relevante no está claro. Google no ha hecho ningún comentario oficial al respecto. Móviles con más 400ppp (píxeles por pulgada) pagarían más por la instalación de los servicios de Google. Móviles de alta gama como el Mate 20 Pro anunciado esta semana tienen una resolución de 538ppp, por ejemplo.
Por otra parte, el nuevo acuerdo que Google busca imponer en suelo europeo arrebataría un porcentaje publicitario a aquellos fabricantes que no usen Chrome como navegador por defecto. Hasta el momento, si un móvil tenía Chrome instalado, el gigante tecnológico compartía un porcentaje de publicidad con ellos. Según las nuevas condiciones, Chrome debería venir instalado por defecto en todo momento, sin que sea el usuario quien lo descarga.
Esta nueva situación, en la que los usuarios podrían acabar asumiendo una parte del nuevo gasto impuesto por Google a los fabricantes, viene dada por la multa impuesta a Google por la Unión Europea recientemente. Aunque dicha multa no exige que la compañía imponga ninguna cuota a los fabricantes, sí exige la separación del kit de aplicaciones que venía ofreciendo a estos y que, según los estudios de la UE, van en contra de la libre competencia.
Con este movimiento tan agresivo hacia socios y consumidores, Google buscaría asegurar sus ingresos publicitarios a través del buscador homónimo y el navegador Chrome. Ambos son los principales vehículos de dinero para la compañía, que parece temer que las legislación comunitaria pudiera perjudicarles.
La alternativa a pasar por el aro de la compañía sería vender teléfonos sin los servicios instalados y recurrir a tiendas de aplicaciones de terceros, que en el caso de la Unión Europea, sólo dejarían la tienda de Amazon como alternativa viable y que se puede instalar libremente.
Vía | El Mundo