Nuestro Punto de Vista

Así ha sido el exitoso despegue de la misión espacial que descifrará Mercurio

Hasta la fecha, solo dos naves lo habían intentado


Es una misión espacial tan compleja y ambiciosa que el 85% de la tecnología que utiliza es totalmente novedosa.Y es que adentrarse en el planeta menos estudiado del Sistema Solar es como ingresar a un «horno de pizza» de temperaturas extremas, según la Agencia Espacial Europea.Pero no será una tarea fácil. «Ir hasta Mercurio es muy complicado, se necesita más energía que para ir a Plutón», explicó a BBC Mundo Mauro Casale, jefe de desarrollo del segmento científico de tierra de la misión. Aún así, lo han conseguido.

Cuándo

Ayer de madrugada despegó con éxito rumbo al planeta más pequeño y cercano al Sol de nuestro Sistema Solar en un intento por descifrar sus numerosas incógnitas. El módulo de transferencia y los dos orbitadores, uno desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y otro por su homóloga japonesa, JAXA, con la que se lanza conjuntamente el proyecto, partieron del centro espacial de Kurú, en la Guayana Francesa, a las 01.45 GMT de este sábado (22.45 hora local del viernes). El despegue a bordo de un cohete Ariane 5 respetó el horario previsto y la fase de lanzamiento se dio por concluida 26 minutos y 47 segundos después. BepiColombo llegará a Mercurio dentro de poco más de 7 años, en 2026, tras recorrer 9.000 millones de kilómetros. Hasta la fecha solo dos naves habían orbitado Mercurio y ambas eran de la Nasa: Mariner 10, entre 1974 y 1975 y la Messenger, entre 2011 y 2015.

– El planeta Mercurio con los colores intensificados durante la misión Messenger de la NASA / Efe

Cómo

A esta altura, los más conocedores del tema espacial señalarán un «error»: Mercurio se encuentra a 261 millones de kilómetros, ¿por qué BepiColombo recorrerá 35 veces más entonces? La realidad es que esta sonda no realizará un viaje directo. Primero orbitará una vez la Tierra, luego dos veces Venus y seis veces sobrevolará Mercurio para, recién en ese momento, alcanzar una velocidad adecuada para entrar en la órbita del planeta. ¿Por qué todas estas vueltas? La respuesta suena contradictoria: para ahorrar combustible, más que si se fuera al planeta en una línea recta. Esto es gracias a lo que se conoce como la Órbita de Transferencia Hohmann. Una vez que se sale del campo gravitatorio terrestre, cualquier nave o satélite recibe la influencia gravitatoria del Sol, lo que la lleva a seguir un movimiento elíptico, al igual que el resto de los planetas.

Luchar contra la gravedad solar requiere mucha energía, entonces la Órbita de Transferencia Hohmann permite que se siga una trayectoria elíptica hasta cruzarse con la siguiente órbita planetaria. La sonda solo precisa la energía necesaria para alcanzar esta nueva ruta y luego se deja llevar. En términos muy profanos, imaginemos que la órbita de cada planeta es una red de metro circular. Hay estaciones muy precisas que conectan un anillo con otro: solo allí es necesario «caminar», el resto del trayecto nos lleva el metro. La mayor dificultad de esto es que hay que coordinar muy bien los tiempos para que todo coincida y la órbita de Venus no nos pille muy lejos de la de Mercurio.

Quiénes

La misión BepiColombo está compuesta por dos orbitadores uno de la Agencia Espacial Europea (ESA) y otro de la agencia espacial japonesa (JAXA).

El de la ESA es el Orbitador Planetario a Mercurio (MPO por sus siglas en inglés o Bepi). Este cuenta con once instrumentos y orbitará a entre 480 y 1500 km de la superficie de Mercurio. El MPO cuenta con unas 50 capas de aislantes cerámicos que lo protegen del sol.

Entre sus instrumentos hay un altímetro láser (el primero de su tipo). Gracias a él, será posible realizar un estudio topográfico del planeta, con una precisión de centímetros. También lleva un un analizador de partículas, cámaras de alta resolución capaces de tomar imágenes del espectro electromagnético, del ultravioleta al infrarrojo y un espectrómetro de rayos X (MIXS). Este es uno de los instrumentos más interesantes de la misión. Si bien nos ayudará a comprender la formación y evolución de Mercurio, también permitirá resolver un misterio escondido en su interior. La Tierra y Venus tienen un tamaño bastante similar. Marte, mientras tanto, tiene un diámetro que se acerca a la mitad del terrestre y Mercurio es más pequeño aún, mide casi un tercio. Pese a ello, es casi tan denso como la Tierra. Y esto tendría que ver con el hierro, en enormes cantidades, que habría en su interior: más que en el resto de los planetas. Por su parte, el Mio, de la agencia japonesa, viajará a una distancia de entre 590 y 11.640 km de la superficie de Mercurio. Desde allí, realizarán mediciones complementarias a Bepi.

– Varios ingenieros mientras trabajan en la misión espacial BepiColombo / Efe

Qué

Los objetivos, qué estudiará la misión BepiColombo, son numerosos y ambiciosos, teniendo en cuenta que se trata de la primera misión tanto para Europa como para Japón. Los instrumentos permitirán comprender mejor su geología, la dinámica de su magnetosfera, analizar los depósitos de hielo en los cráteres polares y producir detallados mapas del planeta, no solo orográficos, también químicos y meteorológicos.

Cuánto

El presupuesto total de la misión asciende a unos 2.400 millones de euros y en total han intervenido en él 15 países. Por parte de España se han involucrado desde centros de investigación, como el CAB (Centro de Astrobiología) del INTA que ha participado de la fabricación del espectrómetro de imagen de rayos X, la Universidad de Valencia y el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), implicado en el altímetro láser.

– Una ingeniera mientras trabaja en la misión espacial BepiColombo / Efe

Por qué

El nombre de la misión, el primer por qué, es un homenaje al matemático italiano Giuseppe (Bepi) Colombo, quien explicó una de las mayores rarezas del planeta: un año en Mercurio (el tiempo que tarda en dar la vuelta al Sol) dura menos que un día. Su viaje alrededor del Sol le toma 88 días terrestres, mientras que su rotación es tan lenta que son precisos 176 días terrestres para que «vuelva a salir el Sol».

Otra razón para comprender mejor Mercurio es que, pese a ser el más cercano al Sol, no es el de las temperaturas más altas. Lo que sí tiene Mercurio es la mayor amplitud térmica del sistema solar: la temperatura durante el día puede alcanzar los 450ºC y por la noche descender a los menos 180ºC, una diferencia de más de 600ºC. Por último, allí podría haber materia orgánica, según el análisis de los depósitos de hielo realizados por la sonda Messenger. Todo ello es apenas una parte de las razones para ir a Mercurio. Los avances creados en el diseño de la misión permitirán producir mejoras en sistemas de imágenes médicas, análisis climáticos y de combustible, entre muchos otros.

Vía | La Razón